martes, 29 de noviembre de 2011

David Casinos: "Uno no elige las circunstancias que le tocan vivir, pero sí cómo vivirlas"

Ha sido tres veces campeón paralímpico de lanzamiento de peso y es campeón del mundo en disco, pero es ciego. En 2012 revalidará su título por cuarta vez en Londres. Lanza cerca de los 15 metros y en disco por encima de los 40 metros. David Casinos Sierra (Valencia, 1972) dejó de ver a los 26 años debido a una retinopatia diabética. Trabajó en Ford, en Pilkington NSG Sagunt... conducía motos, coches...pero hoy lo ve todo más claro. Da clases de coaching a empresas como Telefónica, Levante UD, le encanta el cine, la informática, salir de compras. Se casó hace seis años, y por amor, con Celia, su ojito derecho. Su otro amor es Ximena, una perra guía negra, con la que viaja al fin del mundo. En Moncada le apodan el "Bou" porque ha demostrado con creces que "querer es poder".
-¿Cuál era su profesión habitual?
-Estudié formación profesional y me había especializado en automoción. Entre las empresas en las que trabajé figuran: Pilkington NSG Sagunt, donde me encargaba de controles de calidad y Ford, que fue donde se aceleró mi enfermedad.
-¿Por trabajar allí?
-No. Cuando eres diabético insulínico dependiente eres consciente de los riesgos que corres en la vida y conocedor de las complicaciones que el desarrollo de la enfermedad puede depararte.
-¡Qué palo!
-Pues sí. Hasta ese momento mi vida era como la de la mayoría. Conducía motos, coches, viajaba sin pararme a mirar y trabajaba sin cesar. Me costó muchísimo reconocer mi ceguera. Si naces ciego no conoces otra cosa y de algún modo cuesta menos acostumbrarte, pero cuando has visto y de repente todo se vuelve negro es durísimo. Así que lo primero que tuve que hacer fue asimilarlo. Y asimilar también que estaba arruinado y no tenía ni derecho a una pequeña paga.
-¿Y eso?
-Porque había sido un contratado temporal y no tenía cotizado el tiempo necesario para recibir una paga. Me sometí a numerosas operaciones privadas. Mi padre se resistió durante dos años hasta que al final lo aceptó. Lo que está claro es que uno no elige las circunstancias que le tocan vivir, pero sí cómo vivirlas.

-¿Sus primeros pasos?
-Con la ONCE. ¡Quién no la conoce! Allí me dieron la primera ayuda psicológica. Están muy preparados. No sabe la cantidad de gente que pierde la vista en accidentes de tráfico o la de niños que nacen ciegos y tienen que orientar a sus padres. Hay mucho dolor en todos esos casos.

-¿Se imaginó alguna vez ese futuro?
-Nunca. Estuve diez años vendiendo cupones de la Delegación Territorial de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) y curiosamente recuerdo que cuando entraba en la Ford compraba cupones a un ciego que vendía por allí. ¡Quién me iba a decir a mí, que años después daría el gordo y mi imagen saldría en los cupones!

-¡Lo que hay que ver!
-Pues si. Ser un deportista reconocido llevó mi imagen a todos los cupones y en una ocasión hice felices a muchas personas al venderles el gordo. Las cosas cambian y nunca sabes cómo puede acabar la vida. Uno cuando lee estas vivencias piensa en el fondo, ¡jamás me puede esto pasar a mi!, pero va y un día te pasa.

-¿Cree que existe solidaridad con la discapacidad?
-Sí, pero siempre se puede ser un poquito más solidario. Incluso a veces con tan solo poner buena cara ante la vida todo nos iría mejor. No nos damos cuenta, pero simplemente con ser buenas personas con los demás el mundo sería mejor.

-¿Empezar con el deporte fue una casualidad?
-Mi anterior entrenador José Manuel Puchalt, Xavo, se había enterado de mi ceguera. Me llamó y animó a lanzar el disco. En mi etapa de vidente había competido en las secciones de atletismo del Valencia CF. Él me recordó que cuando una puerta se cierra, otras se abren y me hizo quitarle dramatismo a la situación. Poco a poco a base de entrenar, participé en competiciones y gané. Como vidente nunca imaginé que participaría en unos juegos olímpicos, llevo jugados cuatro.

-Dicen que los invidentes ven de otra manera, ¿es cierto?
-Totalmente. Cuando te cortan la luz pasas a otro nivel. Ves de otra manera. No ves un ordenador, pero lo tocas, no ves la imagen de la tele, pero la oyes. Soy un cinéfilo empedernido y no me pierdo ningún estreno. Quien piensa que un ciego por serlo deja de vivir es un ser limitado. La única limitación en la vida es la que se impone uno a sí mismo. Si quiero algo, lo consigo. No puedo conducir. Es cierto, pero cuento con un perro guía con el que viajo en metro, en AVE, en avión y voy al fin del mundo.

-¿Qué es lo que peor lleva?
-Que me vean como el típico ciego. Yo confío plenamente en Ximena porque sé que siempre se va a parar en un cruce, siempre me va a marcar un bordillo, y siempre va a rehuir un obstáculo. No me gusta que se me acerque la gente, me toque por detrás o me retenga como si fuera a caerme. Si necesito ayuda la pido, pero habitualmente la gente cuando nos ayuda se equivoca, eso sí, con buena fe. Si estoy en la calle es porque estoy preparado para estar ahí.

-¿La preparación es costosa?
-Estuve seis meses preparándome en la ONCE. Sin duda la labor que realizan en este sentido es encomiable. Gracias a la venta del cupón muchos hemos podido comenzar de nuevo. No se habla lo suficiente de la inmensa labor social que realizan. Gracias a la venta de cupones, por ejemplo, te forman y te dan perros guías para volver a empezar.


-Y ahora imparte cursos de coaching, ¿qué es lo que más le llama la atención?
-La cara de sorpresa con la que me miran. En cada curso esperan ver al típico ciego que va de la mano de alguien. Entro con Ximena y les cuento mi experiencia y en más de una ocasión se preguntan si los ciegos son ellos, preocupados y quejándose de todo lo que pasa en la vida. Después me llaman y me preguntan privadamente por casos parecidos en la familia y confiesan que gracias a lo que les cuento vuelven a ver.

-En su caso se cumple aquello del amor es ciego...
-Sin duda. Conocí a Celia, o mejor dicho, ella me vio a mí, en los entrenamientos y se enamoró.

-Entonces, ¿no pudo vivir aquello de amor a primera vista?
-No lo crea. Me enamoré de su corazón. La sociedad de hoy vive pendiente de la imagen, pero ésta se marchita siempre. Si no hay corazón mal futuro le espera a una pareja. A mi no me hace falta ver. Veo de otra manera. Nos hicimos amigos hasta que no pude más y un día me lancé y me declaré. No sé que cara puso, pero mi dijo que sí. Llevamos seis años y estamos pensando, cuando pasen las olimpiadas de Londres, en tener un hijo.

-¿Por qué le llaman el "Bou" en Moncada?
-Quizá por que mi frase favorita es "si quiero, puedo". Casi todos me conocen, pero cuando paseo y escucho por lo bajini, "es el ciego", me paro, me acerco a esas personas, me presento y les pregunto como se llaman. Se quedan blancos, imagino. Tengo un nombre, les digo, y no es ciego, sino David.

-¿En su vida cotidiana con qué disfruta?
-Yendo al cine. Tengo poco tiempo libre, entre los entrenamientos, las conferencias... pero en cuanto puedo me voy al cine. Reconozco las voces. Estoy estudiando inglés y veo muchas películas en versión original. Me encanta el cine de terror, de ciencia ficción y el bélico.

-¿Sueña con que algún día descubran la cura de la ceguera?
-No pienso en ello a menudo. Sería cargar una gran mochila en mi espalda. Hay cosas que es mejor no pensarlas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Empar Fayos: "Los españoles no tenemos conciencia de la importancia del descanso para el rendimiento"

VALENCIA. Los límites no están hechos para ella, ni se los impone, ni le gusta que se los impongan. Su primera empresa 100% femenina se fue al traste debido a los chinos a los que tiene entre ceja y ceja. Para Empar Fayos (La Pobla del Duc, 1962) su actual empresa Viscoform ofrece un producto personalizado y a la medida, dirigido a un nicho de mercado escasamente atractivo para los asiáticos. Se trata de colchones ergonórmicos que dan salud. Emprendió el negocio al comprobar que el 50% de la población española tiene problemas de espalda, duerme mal y descansa peor. Cree que el futuro está en la red y se desconecta practicando nordic walking.

-¿Emprender a los 49 años no es un poco tarde?

-Sí, excepto cuando llevas emprendiendo 25 años, que es el tiempo que llevo abriendo y cerrando negocios.
-¿Y cómo le dio por llevar esta marcha?
-La primera vez que te quedas en paro te das cuenta que ser tu propia jefa es un seguro frente a estas situaciones. Junto con otras tres mujeres montamos Dues Costures y años después Cosig. Empresas 100% femeninas centradas en el mundo de la marroquinería que daba servicio a grandes empresas y marcas como Perona, El Corte Inglés, Boomerang o la vuelta ciclista a España, entre otras.

-¿Siempre lo tuvo así de claro?
-Sí. A los 14 años por decisión propia empecé a trabajar en empresas chinas. Reconozco que ya entonces tenía las ideas claras y en cuanto vi que no tenía posibilidad de crecer me fui. Presenté con varias compañeras otra propuesta empresarial asegurando que íbamos a duplicar los beneficios.

-¡Qué claridad!
-Y cumplimos el reto. Tengo buenas ideas y sé trabajar. Hace 25 años reconocía en la subcontratación la solución para las empresas y para mí. Creamos los primeros talleres externos de las empresas.

-¿Y cómo se pasa de la marroquinería, al textil y de ahí a los colchones inteligentes?
-En aquellos momentos las empresas huían a China e importaban los diseños. Era imposible competir con ellos. Nos tuvimos que volver a reinventar. Reconvertimos los talleres al textil y cuando pensábamos que lo teníamos superado volvieron los chinos ofreciendo sábanas, edredones... a precios de risa. Teníamos 25 trabajadores y begin the begin.

-¿Los chinos son su peor pesadilla?
-Sí. La calidad de los productos que copian en su mayoría es mala. Me quitaron el sueño durante años, pero ahora ya no. Para ellos es complicado copiar y más en productos personalizados y a la medida.

-¿Vender colchones on line estaba entre sus esquemas?
-En las diferentes empresas donde he colaborado he tenido visión de futuro. Hace años ya le propuse a una empresa de Onteniente, que hoy está sufriendo recortes, vender productos on line. Finalmente decidí hacerlo yo.

-¿Las redes para usted no son un misterio?
-No y si lo tienen busco a alguien que me desvele el misterio. La gente ve la televisión, yo el ordenador. Disfruto barbaridades aprendiendo a moverme en la red.

-Oiga, ¿por qué colchones?
-Conocía la materia prima y mi espalda necesitaba desde hacía años un colchón donde descansar de verdad. Mi pareja me echó una mano y empezamos a diseñar, contactar con proveedores, investigar y pusimos en marcha una nueva línea de negocios. Además es un colchón con el que he dicho adiós a los dolores de espalda.

-¿Para usted todo es posible?
-Por supuesto. No puedo saberlo todo, pero sé encontrar a los mejores porque no solo genero la idea sino que la pongo en marcha.

-¿Empezaron siendo subcontratados y ahora subcontratan ustedes?
-Sí. Diseñamos el producto y montamos las partes que son realizadas por otras empresas.

-¿Qué placer encuentra en montar tantas empresas?
-Ayudar y ver cómo desde la nada surge una empresa. Ahora estamos desarrollando un nuevo proyecto que es un centro comercial local y virtual. Estoy harta de ver sufrir a muchas pequeñas empresas y tiendas que hacen bien su trabajo, pero no les conoce nadie. Esta plataforma pretende ser un escaparate para las pymes de los pueblos.

-¿Lo compra todo por Internet?
-Sí, menos la comida, pero cada día se venden más cosas. En nuestro caso el 30% de las ventas de colchones son on line y sólo llevamos tres años en el mercado. La gente cada día tiene menos tiempo. Prefiere hacer sus compras on line cuando los niños están durmiendo y disfrutar el fin de semana en la playa o con los amigos.

-¿Pero un colchón se tiene que probar?
-Por eso hay muchos hoteles donde pueden probar nuestros colchones. Si el cliente finalmente lo adquiere le regalamos esa noche de hotel.

-¿Nunca pasa una mala noche?
-Sí, pero por otras cosas. Soy mujer, madre, empresaria... y siempre hay líos. Pero duermo como un lirón en mi cama y ya no me gusta viajar.

-¿Todas las personas duermen igual?
-No. Cada uno duerme y descansa de manera diferente. Nos hemos centrado en ayudar al 50% de la población española que padece dolores de espalda. La mayoría debido a malas posturas. Los colchones corrigen la higiene postural simplemente por dormir en ellos siete horas cada noche.

-¿Hay diferencias por países?
-Sin duda. Acabamos de recoger datos antropométricos de la población alemana y hemos tenido que rediseñar el colchón adecuándolo a sus características. Son más altos, pesan más... Queremos hacer lo mismo para la sociedad norteamericana.

-¿Qué va a ser lo próximo en el mundo de los colchones?
-Una especie de "Mad Matrix" o colchón inteligente. Colchones con los que se interactúa. Se trata de sensorizar los colchones para que detecten cómo duerme una persona. Además se adaptan a sus fases de sueño de tal modo que les despiertan justo cuando esa persona puede dar ese día el 100%.

-Parece ciencia ficción...
-Pero es el futuro. De momento tenemos tres diseños ergonórmicos que funcionan.

-Y a usted ¿qué le roba el sueño?
-Cuando la gente me quiere imitar y lo hace mal.

-¿Hay mucha competencia en la búsqueda del sueño inteligente?
-Encarnizada. En el sector del descanso hay mucha competencia y también mucho humo. Es un sector muy maduro con empresas de más de 100 años cuyos nombres están asociados al descanso.

-O sea, que para dormir hay que irse con Pikolín, por ejemplo...
-Exacto. Pero a mi plin...

-¿A los políticos les convendría dormir mejor?
-A ellos les hace falta que nosotros podamos dormir. Ellos no deberían dormir.

-¿Los españoles saben descansar?
-Paradójicamente no. En España no hay conciencia del descanso ni de la importancia que tiene en el buen rendimiento de la persona. En Alemania hay más. Llama la atención que la mayoría de los clientes que tenemos son hombres. Las mujeres somos más ratas, si a un hombre le duele algo o decide cuidarse lo hace. A nosotras nos importa más la estética, ellos son más funcionales.

-¿Cuando descansa despierta qué hace?
-Nordic walking, o marcha nórdica.

-¿Me lo explica?
-Caminar con bastones que te permiten mover el 90% de los músculos, quemar un 45% más de calorías, rehidratar la médula...es como si practicaras natación, pero andando. Así elimino más tensiones.