martes, 27 de agosto de 2013

PILAR MATEO: "Las ayudas a la investigación son indiscriminadas y carecen de orden"

Doctora, investigadora y empresaria, tiene en su haber indiscutibles éxitos en la lucha contra plagas biológicas en países pobres. Ahora está en África y se manifiesta en desacuerdo con el sistema español de ayudas a la investigación 

ALENCIA ."El futuro no está sólo en Alemania, está en África", comenta la doctora Pilar Mateo, quien en menos de cuatro meses inaugura una fábrica de pinturas, Inesfly África, para combatir la malaria en Ghana, y otra en Paiporta, para crear las microcápsulas donde se encierran las moléculas de insecticida. Dos proyectos con gran impacto porque generan numerosos puestos de trabajo local, previenen  enfermedades y erradican algunas de las consecuencias de la pobreza.
Pilar Mateo (Valencia, 1959) es doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Valencia y por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Doctor Honoris Causa por la Universidad Anáhuac de México y una de las top ten de la ciencia en España con numerosos reconocimientos y premios internacionales. En su haber cuenta con haber ganado la guerra al "Mal de Chagas" extendido entre las comunidades indígenas Guaraníes. Su tesón de 17 años le ha dado como premio expandir su actividad con la llegada de nuevos socios dispuestos a matar bacterias nocivas y parásitos que circulan por el mundo. Ya no toca tanto el piano, sus hijos se han hecho mayores, pero ella siente que su vida empieza hoy.
-Embajadora de los guaraníes y ¿embajadora en África?
-De momento tenemos dos proyectos en África. Por un lado la fábrica de pinturas que se inaugura dentro de cuatros meses y dará trabajo a muchas personas de allí, porque creemos que lo que cambia la pobreza es el trabajo; y por otro, el proyecto Painting Africa en el que colaboramos con la Fundación de Mujeres por África que preside María Teresa Fernández de la Vega. Llevamos ya trabajando un tiempo para combatir enfermedades endémicas como la malaria.
-Antes de volver al continente africano, ¿podemos confirmar que ha ganado la guerra al "Mal de Chagas"?
-Desde luego hemos demostrado que mi tecnología es eficaz para combatir el chinche del "Mal de Chagas", pero no puedo confirmar que hayamos acabado con el problema porque es muy grande, tanto como la pobreza que hay en esos países. 

-¿Pero con datos en la mano?
-Ahí sí. Las constataciones científicas que se han publicado evidencian los resultados. Hemos pintado más de 8.000 casas y se ha visto que ningún niño nacido en estas casas tiene el "Mal de Chagas". 

-¿Ha costado mucho obtener esas constataciones científicas?
-Bueno, casi 17 años. Al principio era muy difícil que nadie viniera a evaluar los resultados de nuestras acciones hasta que finalmente se consiguió.

-El premio es que ahora se la rifan...
-Casi que sí. Recibimos propuestas de numerosas partes del mundo que necesitan reducir sus producciones de mosquitos. Sin duda las publicaciones científicas que hablan de nuestra tecnología han despertado mucho interés. Entre otras partes en África. Por eso estamos construyendo una nave de casi 10.000 metros cuadrados en la capital de Ghana, Accra.
-¿Dónde radica el éxito de su tecnología?
-Por un lado porque la pintura contiene en microcápsulas el insecticida que acaba con el bicho que se acomoda en las paredes, además embellecemos las casas y por otro porque contribuimos a la higiene familiar y damos trabajo. Por todo ello existe una gran demanda de multinacionales pidiendo que encapsulemos moléculas de insecticidas.
-¿Con qué otros bichos, además del Tripanosomiasis americana, Leishmaniasis, el dengue y la malaria, se relaciona? 
-Ahora estamos patentando un proyecto para acabar con el picudo rojo.
-Después de tantos años combatiendo a los bichos y entre la pobreza, ¿se ha empobrecido o enriquecido?
-Depende de cómo se vea. En la parte personal me he enriquecido enormemente. ¡Vaya, no lo cambio! Económicamente no me he llegado a empobrecer. Gracias a mi padre, a que la tecnología ha funcionado y a que ahora tengo unos socios que han creído en ella.
-¿Con una inversión de 10 millones de euros para crear Inesfly Corporation llegarán a todo?
-En ello estamos. Inauguramos además de las dos fábricas en África y Paiporta un centro de investigación para nuevas patentes que va a dar mucho que hablar. Estoy muy contenta porque después de 17 años viviendo en los sitios más pobres, con una tecnología para ellos, de repente esto se ha convertido en una fuente de trabajo en África y España.
-Tengo entendido que viaja, pinta, negocia, crea fundaciones y además investiga, ¿un investigador no tiene que estar todo el día delante del microscopio?
-Me da tiempo, pero gracias a esta nueva situación estamos contratando gente. De aquí a final de año tenemos previsto contratar a 21 jóvenes del mundo de la ciencia.
En Äfrica

-¿Después de tanto recorrido aún le queda mecha?
-Digamos que el momento importante empieza ahora. Hasta ahora ha sido muy difícil porque al dedicarte a los pobres nadie venía a evaluarte. En el Chaco Boliviano no hay ni ONGs. Al final conseguimos que vinieran los mejores científicos del mundo a constatar el trabajo. Pero costó.
-Del pueblo guaraní que conoció al que es hoy ¿ha cambiado mucho?
-Creo que sobre todo el movimiento de mujeres indígenas ha crecido mucho. Tienen escuela de hostelería, peluquería, gabinete jurídico, mujeres que juegan al fútbol, guarderías, autobuses que recogen a los niños para ir al colegio, etc. Si algo caracteriza esta tecnología es, además de sus resultados científicos, la movilización social que genera.
-Una mujer que ha vivido tantos años en la selva, ¿qué tal se lleva en el asfalto?
-La verdad es que últimamente echo de menos la selva y estamos pensando en irnos a vivir fuera de la ciudad.
-¿Qué frase no olvidará nunca?
-La que hizo que empezara. La del médico que me llamó pidiéndome ayuda porque él también tenía el "Mal de Chagas" y se moría como el resto del poblado. Me fui pensando que en un mes lo solucionaría y me quedé 17 años. Allí no había carreteras, ni paredes para pintar por lo que aprendí a construir casas y el idioma de los guaranís. El premio es que una madre me diga: "doctocita, mi hijo no tiene Chagas". Ese es el nobel que me da.
-¿Y el momento más duro?
-Cuando recibí mi primera amenaza de muerte. Cuando haces algo que puede cambiar la sociedad, molesta. No creo que quisieran matarme, pero sin duda querían que me fuera. Me hizo más fuerte y me quedé.
-¿Hará lo mismo en África?
-Allí hay que hablar de malaria. No hay que olvidar que en 1964 la OMS declara libre de malaria a España. Hace 50 años se erradico en España una enfermedad que mata millones de personas. La vacuna hoy por hoy no está. No se le puede decir a la gente, ¡aguanta 20 años a ver si la inventan! En España se erradicó con DDT. La OMS aconseja su uso. ¿Pero qué pasa? En esos países el clima es caluroso todo el año. Y con el DDT no es suficiente. Esta tecnología es eficaz para controlar el mosquito en el ámbito humano. El trabajo a realizar será tratamiento del insecto, tratamiento clínico e higiene y limpieza. Este es el principal problema en estos países, la porquería. Al final quien se muere de malaria no son los ricos, pero como pasa en todas las enfermedades. El 99% de las personas que se mueren por contraer una enfermedad son pobres.
-La juventud piensa que el futuro está en Alemania ¿y usted?
-Creo que está en África. La vida es muy cara en estos sitios porque no hay clase media. Hay muchos ricos y muchos más pobres. Ángola es quizá un país más estable, democrático, con gran crecimiento, tiene petróleo, oro, minerales y es adonde se están marchando las grandes empresas. Es espectacular ver cómo se están construyendo a la vez más de 300 edificios de oficinas. Pasar una noche en el hotel más barato cuesta 200 dólares, un empaste 500 dólares. Pero no solo es en Ghana y Angola, en conjunto África es el gran continente. No hay especialistas y por eso es tan caro. La juventud puede empezar a pensar que el futuro no está sólo en Alemania, también está en África. Hay países que están mal, hay violencia, quizá los francófonos, pero es que África es enorme.
-¿Se ha encontrado con muchos españoles por África?
-No, todavía es el gran desconocido. Hay mucha gente que conoce el África que se muere y no el que está saliendo adelante. Es un continente en el que está todo por hacer. Lo que tienen que hacer los buenos políticos es hacer negociaciones de países y que participen también las empresas españolas.
-Sé que hay muchas empresas chinas ¿y españolas?
-Que yo sepa no hay, pero no las conozco todas. Irse allí a fabricar puede suponer más trabajo, allí y aquí. Las microcápsulas saldrán de España y allí se hará la pintura.
-¿Se pregunta alguna vez por qué en el siglo tecnológico hay tanta pobreza y enfermedades?
-En este mundo la mitad del planeta se muere de cosas que se han solucionado en la otra mitad, pero no sabemos cómo aconsejar. Por ejemplo el sarampión tiene vacuna y nos la ponen casi que al nacer. Pues se mueren cada año más de 300.000 niños por no ser vacunados.
-¿Tanto dinero genera la pobreza?
-Pues sí. El mundo de la pobreza sólo interesa como negocio. Hay mucha gente que vive de los pobres. Se sabe dónde están los problemas y cómo solucionarlos, pero no se asumen responsabilidades. Por ejemplo en el caso del "Mal de Chagas" el problema es una vivienda, sabes que por debajo, donde viven los guaraníes, pasa todo el gas que explotan grandes empresas, sabes que la enfermedad dura 100 años. Puedes ver el problema y actuar, o verlo y pasar de todo.
-Como experta en insectors ¿se los comería como recomienda la FAO, Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura?
-Me parece una ridiculez. Desde luego lo han explicado mal porque ¿quién se va a comer un bicho que parasita en tu interior y te mata? A no ser que sea cocinado en las condiciones adecuadas... Y en esos países condiciones desde luego no las hay.
-Tengo entendido que en el mundo de las patentes se mueve bien, ¿cuántas tiene?
-Siete patentes y varias familias de patentes. Una de ellas está en 80 países. Hay que tener en cuenta que en España la gente confunde registrar una patente con seguirla. Que eso es lo que vale dinero. La patente tarda tiempo porque tienen que hacerte un estudio para comprobar que sí es una novedad mundial. Cuando patentas en otros países cada país te evalúa y eso es carísimo. Por eso patentes que funcionan en muchos países no hay tantas.
-¿A la investigación en España le ha tocado el bicho de la crisis?
-Creo que es importante ayudar en el tema de la investigación, pero también poner las cosas en su sitio.
-¿A qué se refiere?
-A que hay investigaciones muy buenas y otras no. No puede ser que no haya orden al respecto y se concedan ayudas indiscriminadamente. Hay que analizar el nivel internacional de las investigaciones, su sentido y racionalizar los recursos. Echo en falta más patentes buenas españolas en el mundo.
-¿Usted ha recibido subvenciones?
-Directamente no. En el mundo de la investigación está todo muy organizado. El dinero para investigar está pensando para universidades, centros de investigación, parques tecnológicos, etc, pero no para los investigadores privados. Soy investigadora desde la observación de la realidad. Hay un problema. Hay una solución. Sin embargo indirectamente, y a través de alguna ONG, se recibió alguna ayuda para terminar un proyecto sobre la malaria.
-¿Y cómo funcionaba?
-Aún me lo pregunto, porque como tampoco facturaba porque era una empresa dedicada a los más pobres, ¿a quién le iba a vender? Así que me resultaba difícil entrar en el circuito de financiación de las empresas porque allí te piden balances.
-¿En el mundo de la investigación hay también discriminación por género?
-De hecho las palabras lo manifiestan. No es lo mismo inventor que inventora. A un hombre lo ven como profesor y doctor, a una mujer la llaman por su nombre. Un hecho curioso es que el 75% de las personas que entran en la universidad son mujeres, sólo el 25% son catedráticas y no hay en España ninguna mujer catedrática ni en Pediatría, ni en Ginecología..

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