lunes, 9 de mayo de 2011

Más que discursos los ciudadanos necesitan buenos gestores

Estudió Derecho, viajó por todo el mundo cantando “clavelitos”, dio mítines en plazas, pueblos y salas de cine con Gonzalez Lizondo, desde hace muchos años milita en el PP, actualmente es concejal de Circulación y Transporte y por segunda convocatoria es el portavoz de la campaña electoral del PP en la ciudad de Valencia. Alfonso Novo (Valencia, 1959) prefiere la vida social al facebook, pero sabe que las próximas elecciones se dirimen más en la red que en la calle. Considera la transparencia política la condición sine qua non en una democracia y prefiere la gestión a los discursos políticos. Juega al paddel, corre por el rio y se convierte en manager de su hijo los fines de semana que le dejan libre sus obligaciones políticas. 
-Con la que está cayendo en la EMT como para subirse a un autobús ¿no, Sr. Novo?
-Ups. Vaya, que preguntita. Si que empezamos bien. Mire, al contrario, el servicio de autobuses está rodando bien pese a la que está cayendo. No han conseguido el impacto que perseguían. Estos paros que se anuncian para mejorar el servicio, al final lo único que consiguen es perjudicar a los contribuyentes en determinadas franjas horarias. 
-Por cierto ¿es asiduo a los bonobús?
-Sí, pero no sé cuántos utilizo en un año. También es cierto que durante años hemos tenido que llevar escolta y funcionado con coche oficial. Ahora, al depender de mí la concejalía de transporte me impuse utilizarlos para comprobar su eficacia.
-¿Así que se le puede ver de incógnito subiendo a cualquier línea?
-Sí, pero sin gafas, ni barba. Hay conductores que me conocen y otros no. Son 1.500 conductores.
-He leído que ganan 2.300 euros brutos al mes y 15 pagas, ¿dónde se tiene que inscribir uno?
-Hay que pasar unas pruebas cuando se convoquen plazas. El sueldo está fijado por convenio desde 1986 incrementándose cada año por el IPC. Es una buena cantidad y más estimando que a todos los funcionarios se les ha bajado el sueldo un 5%, por lo que la cantidad que perciben creo que es suficiente para poder aguantar un año más con el salario congelado.
-¿Esperemos que los conductores no se conviertan en controladores?
-Esperemos que la sensatez reine porque las condiciones de trabajo son buenas y disponen de un convenio que les ofrece muchas ventajas. Lo que importa es el servicio al ciudadano. El Ayuntamiento invierte cada año más de 60 millones de euros para afrontar las necesidades del transporte público.
-¿Con la avalancha de bicicletas en la ciudad ha subido puntos en el partido?
-(Risas) Dependen de esta delegación, pero fue una idea defendida y apoyada al cien por cien por la alcaldesa. La empresa concesionaria afirma que de todas las ciudades donde gestionan este servicio es en Valencia donde se ha producido un incremento espectacular. Casi 70.000 abonados en poco menos de varios años, 300 estaciones de servicio y no ha hecho sombra a las bicicletas privadas.
-¿Cuál es su itinerario preferido?
-La uso para ir desde el edificio de Tabacalera hasta la plaza del Ayuntamiento.
-Como la canción de Amaral, ¿ha llegado al punto de “sin la política no soy nada”?
-Eso era “sin ti no soy nada” y lo cantaba Rubalcaba. (Risas). No. En absoluto. Estoy seguro que nunca llegaré a pensar que sin la política no soy nada. Siempre he sabido que en política se está de paso y quien piense que es para siempre se equivoca. Se trabaja para prestar un servicio público a los ciudadanos y tiene un tiempo marcado. No sé dónde estaré en un futuro.
 -Ser portavoz del partido en las próximas elecciones, ¿supone volver a sus inicios “mitineros”?
-No es lo mismo, pero la verdad es que disfruto y me dejo la piel. Si no fuera así no me lo hubieran pedido.
-¿Qué pasa cuando una vocación se convierte en profesión?
-Que te puedes llevar un gran chasco.
-Pero en su caso su vocación es su profesión.
-Sí, ha ocurrido de este modo, pero recurro constantemente a mi vocación como abogado estudiando las continuas modificaciones que se van produciendo en el sector del transporte urbano. De todos modos es cierto que estar en primera línea política es incompatible con tener un despacho privado abierto al público. Ni es posible, ni se entendería. Hay que elegir.
-Por cierto ¿cuánto de tuno sigue quedando en usted?
-Uff. He viajado mucho por todo el mundo. Éramos un grupo de la facultad de Derecho, que además nos llevábamos muy bien, y no paramos de viajar durante años por Europa, Asia, EE.UU…
-¿Cantando clavelitos en inglés?
-Nada de eso. Eso no tendría gracia, siempre en castellano. No sé cómo funcionan ahora las tunas, pero entonces, quizá por el entorno, todo concentrado en Blasco Ibañez, era fácil y divertido.
-¿Sigue cantando?
-No tanto, ni tan bien como antes, pero en alguna ocasión hemos dado alguna serenata.
-¿A la alcaldesa?
-(Se ruboriza) En su cumpleaños, pero sin el traje de tuno.
-¿Qué prefiere el trabajo en la concejalía o el activismo político?
-Ambos. Me gusta la gestión. Es gratificante aunque suponga un sacrificio. Tienes un contacto directo con el problema y si encauzas bien la solución obtienes el resultado inmediatamente.
-¿Cree que el discurso político es un arte?
-Estoy convencido.
-Sin embargo ¿no parecen hoy más flojos que los de ayer?
-No sé. Antes era más fácil construir buenos discursos. Las necesidades de las ciudades, las perspectivas de futuro y los objetivos tecnológicos, entre otras cuestiones, han mejorado mucho respecto hace 15 años. Esto complica la difusión y contundencia del mensaje. Creo que más que discursos los ciudadanos necesitan buenos gestores que consigan en menos tiempo y con menos gasto las mejores soluciones y sobre todo que sean responsables.

-¿Los políticos se aburren cuando escuchan los discursos de otros políticos?
-Sí. Hay algunos casos que son un tostón. Pero esto pasa también en cualquier multitudinario consejo de administración.
-¿Nunca le ha tentado la política autonómica?
-No. Prefiero al Ayuntamiento y la gestión municipal. Con Rita sinceramente estoy muy a gusto.
-¿Dónde cree que pesa más la vanidad en un político o en un empresario?
-Depende. Hay políticos y empresarios muy vanidosos. Es una característica asociada a la persona.
-¿Hasta qué punto en política uno es “un mandao”?
-Hasta cierto punto. Hay caminos marcados con una estrategia definida de la que no te puedes desmarcar. Si vas por libre surgen enfrentamientos. En política y en cualquier equipo de empresa los responsables y trabajadores de esos proyectos, visto así, son “unos mandaos”, es más, “y a mucha honra”. Ir por libre te puede conducir al fracaso del proyecto.
-¿Qué hobby prefiere la red o la vida social?
-La vida social. Estoy en facebook, pero no soy muy activo, prefiero el contacto con la gente.
-Los ciudadanos piden cada día más transparencia en la gestión política, ¿por qué será?
-Porque es necesario que lo exijan y además hasta las últimas consecuencias, yo también la pido. La transparencia es uno de los requisitos de cualquier político, empresa pública o administración que maneje dinero público. Es vital para funcionar en democracia.
-Por cierto, se acuerda de sus primeros mítines con González Lizondo, ¿eran como ahora?
-No, porque la plaza de toros ya no es ni la misma. La sociedad ha evolucionado y no tienen sentido mítines como  los de antes por los barrios, salones de cine y casas de cultura. Ahora los mensajes se envían por facebook. Y de vez en cuando se celebran  actos multitudinarios para generar calor humano. La situación económica tampoco es la más conveniente para tantos actos y boato.
-¿Es muy urbanita en su tiempo libre?
-Sí. Vivo en el marítimo y conservo a los amigos de toda la vida. Y en mi tiempo libre últimamente soy el manager de mi hijo que juega al fútbol, y no lo hace mal. Lo que pasa que no puedo darle muchos. Ya se sabe que los consejos si vienen del entrenador son mejores que los del padre. También me encanta comprar en las tiendas de mi barrio los fines de semana.
-Por cierto ¿usted también percibe que ahora para ganar lo mismo hay que trabajar más?
-Totalmente. Pero en nuestro caso ganamos menos. Tenemos una reducción de sueldo del 15% y congelado el sueldo dos años. Pero no es una percepción es una realidad.
http://www.valenciaplaza.com/ver/25248/.html




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